miércoles, 28 de agosto de 2013

Cuestión de móscas

Una mesa,
Tres sillas plásticas vacías,
Un diario a medio leer,
En un rincón cerca de la mesa un gato lamiéndose,
Una ventana abierta,
Una mósca se para encima del pan,
Frota sus patas delanteras,
Muevo mi mano para alejárla y esta vuela despavorida en círculos,
El gato la ve fijamente sin hacer nada,
Miro al gato,
Busco la mósca,
Parece que se ha ido,
Regreso a mi lectura,
Por casualidad miro el pan,
Ahora hay tres móscas frotandose las patas,
Esta vez las dejo más tiempo allí encima,
Paradas, pareciera que estuvieran conversando,
En la cima de una montaña sin noción de las horas,
Hacen un sincero equipo, pienso,
Como deberíamos hacer los seres humanos,
No ven distinciones entre ellas,
En esta ocasión no tengo que mover la mano para que se alejen, se van,
Las oigo zumbar por mis orejas,
El gato se sube a la mesa y mira el techo,
Estira el cuello, ha visto a las tres,
En su indescisión de cuàl cazar se echa,
Miramos las móscas,
Nos miramos en un acto de complicidad
Dejandolas ir libres por la ventána.

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